10 cosas que no sabías sobre «El beso» de Klimt

Sin duda, «El beso» de Gustav Klimt es uno de los cuadros más famosos de la Historia del Arte y uno de los que más veces ha sido reproducido a lo largo de las décadas. Pero, aunque la imagen del cuadro te resulte muy familiar, seguro que hay un montón de cosas que no sabes de la obra maestra del pintor austriaco. Nosotros te contamos 10 que seguro te van a sorprender.

1. «El beso» fue exhibido y comprado en 1908, antes de que su autor lo terminara. La Austrian Gallery fue la primera en mostrarlo, y el Museo Belvedere no tardó en incluirlo en su colección.

2. El Museo Belvedere lo compró por una cifra récord en austria: ¡25.000 coronas! (240.000 dólares). Hasta la fecha, el cuadro más caro había costado 500 coronas.

3. Justo antes de ponerse a pintar «El Beso», Gustav Klimt había recibido muchas críticas por las pinturas que realizó en el techo de la Universidad de Viena. Los malos comentarios a su trabajo lo calificaban de «pornográfico» y «pervertido».

4. Quizás por esto, Klimt pintó este cuadro en un momento de auténtica crisis vital. «O soy demasiado viejo, o demasiado nervioso o demasiado estúpido, algo debe estar mal», confesó en una carta.

5. Aunque no lo parezca, «El beso» es realmente grande, mide concretamente 180×180 centímetros.

6. Mucho se ha hablado sobre la identidad de los amantes que aparecen en la obra. Algunos dicen que se trata de un autorretrato del pintor junto a Emilie Flöge, aunque también podría tratarse de otra de sus musas, Adele Bloch-Bauer.

7. Este es el primer cuadro del denominado «Periodo Dorado» de Klimt, en el cual el autor incorporaba pan de oro a sus óleos.

8. En la obra se aprecia una mezcla de estilos e influencias: los espirales nos recuerdan a la Edad de Bronce; el diseño de los mantos se enmarca en el movimiento Arts and Crafts, mientras que las figuras de los protagonistas y sus movimientos tienen más que ver con el Art Nouveau.

9. La inclusión de una figura masculina en el cuadro es, sin duda, una peculiaridad, ya que la mujer era la verdadera protagonista de la mayoría de obras de Klimt.

10. «El beso» es uno de los cuadros más reproducidos de la Historia, habiendo aparecido a lo largo de los años en cientos de soportes diferentes. Incluso Austria llegó a acuñar una moneda con la imagen de la obra y de su autor. ¡Pocos cuadros han conseguido algo así en la Historia!


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